La incontinencia urinaria (IU) no genera lesiones orgánicas, pero sí, a largo plazo, puede desarrollar la aparición de ansiedad y depresión. El 30% de la población mundial tiene algún grado de IU y la incidencia tiende a seguir aumentando, lo mismo que sucede con los trastornos del estado de ánimo.
Un reciente metaanálisis mostró que los pacientes con IU tenían niveles de depresión y ansiedad significativamente más altos que aquellos sin IU. En otro estudio noruego se demostró que los trastornos de la esfera afectiva favorecen la aparición de IU; especialmente la IU de urgencia y mixta. El posible vínculo entre estos procesos podría explicarse por la alteración de las vías serotoninérgicas involucradas en las tres entidades.
La prevención, nuestra gran aliada
Es muy importante prevenir la aparición de IU en adultos con diagnóstico de ansiedad y depresión. ¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, es importante una actitud positiva ante la vida. Esta no siempre es inherente al ser humano y por ello es importante trabajarla con medidas no farmacológicas. Por otro lado, no debemos olvidar que muchas de las medidas higiénico-dietéticas que inciden positivamente en el estado de ánimo del adulto mayor también mejoran los síntomas de IU. Como se han ido comentando a lo largo de las otras entradas en este blog, las terapias no farmacológicas basadas en los ejercicios de relajación que proporcionan el mindfulness, el yoga, la meditación, el tai-chi, los programas de ejercicios conductuales y cognitivos, las terapias psicológicas y psicodinámicas, la musicoterapia así como los programas de ejercicio físico, han demostrado en diversas revisiones sistemáticas y metaanálisis reducir, cuando no hacer desaparecer, los síntomas de ansiedad y depresión y de IU en adultos mayores.
Es importante incidir en la necesidad de socialización, que habitualmente se ve restringida por los síntomas propios de las tres entidades que estamos comentando. Por ese motivo es necesario motivar a los adultos mayores a incrementar su interacción social acudiendo a cursos y talleres y participando en actividades colectivas ofertadas por las distintas administraciones.
Combinar la participación en estos programas previamente mencionados junto a la revisión de las medicaciones prescritas, interactuar activamente contra los hábitos tóxicos, el control del peso, la realización de ejercicios de suelo pélvico puede influir también favorablemente en la reducción de la intensidad de los síntomas vinculados tanto a la IU como a los trastornos de la esfera afectiva.
Para la mejora de la socialización, es importante combinar estas medidas positivas con una adecuada higiene de la micción, entrenando la programación de la misma, lo que evita los problemas de incontinencia y favorece dicha socialización. Si una vez que las anteriores medidas higiénicos-dietéticas son contempladas e implementadas no producen el éxito deseado, tenemos la alternativa del uso de colectores o pañales, con los que atenuar los síntomas de incontinencia y mejorar la calidad de las personas con IU.