Cara

La piel facial es la parte del cuerpo más expuesta a agentes externos. Es la parte de nuestro cuerpo que más sufre la exposición al sol y UV. Los problemas en la piel facial y los signos de envejecimiento son muy visibles en la cara y pueden causar molestias significativas y afectar a la confianza de una persona. Los cuidados faciales se hacen imprescindibles si se quiere tener el rostro hidratado y rejuvenecido.

Las claves para cuidarlo se basan en una buena alimentación y mantener una rutina diaria de hidratación con una crema hidratante adecuada que deberá reunir un poder humectante para favorecer la retención de agua, como por ejemplo ácido hialurónico y alantoína que aumentan la afinidad de la queratina en relación al agua.

Cuero cabelludo

Es muy sensible a la irritación y es necesario el uso de productos suaves.

Para cuidar nuestro cuero cabelludo debemos masajear la cabeza con las yemas de los dedos y nunca con las uñas, este acto estimula la circulación sanguínea y mejora la oxigenación del cuero cabelludo. Dicho masaje debe realizarse desde la zona de la nuca hasta la parte frontal, así se lleva la sangre hasta dicha área donde se tienen más problemas de caída.

Manos

Nuestro motor diario, es una zona muy expuesta que tiende a resecarse como consecuencia de los cambios de temperatura y la excesiva higiene.

Como nuestra principal herramienta de trabajo, durante el día pueden estar expuestas a productos agresivos para la piel como detergentes. Es muy importante el uso de guantes para protegerlas de este tipo de productos.

Otro factor que afecta negativamente al cuidado de nuestras manos es la humedad. Nos lavamos las manos una media de 3 veces al día y, en estos días, esta cifra puede multiplicarse por 5. No secarse correctamente las manos contribuye a que se agrieten.

Para mantener unas manos sanas, debemos lavarnos las manos con un jabón que respete el pH de la piel y hidratarlas con cremas especificas a diario.

Axilas

Piel especialmente sensible asociado a la sudoración. Son zonas más expuestas a la humedad y a la proliferación bacteriana. Para cuidar la zona, es recomendable usar ropa transpirable, realizar la higiene diaria con jabón suave e hidratar la zona.

Sequedad en pies y codos

Hay zonas que sufren mayor impacto y resecan la piel. Estas zonas son de las más perjudicadas ya que sirven de apoyo y están en contacto con superficies por lo que hacen que la piel se dañe más. Para reparar los daños, conviene adquirir productos específicos a estas zonas, o cosméticos ultra hidratantes que palien esa ausencia de agua.