Mantener una buena hidratación es esencial en todos los momentos de la vida, pero aún lo es más cuando se trata de personas mayores o con problemas de incontinencia urinaria.
Desgranamos la importancia de la hidratación y qué hay que hacer para mantenerla correctamente.
El agua es un elemento básico para el correcto funcionamiento de cualquier persona. Sin una correcta hidratación, los sistemas del cuerpo fallan y se pueden desarrollar graves problemas de salud.
Con el agua se mantiene la temperatura corporal adecuada, se eliminan los desechos y toxinas que producen los órganos de manera natural y el proceso digestivo se desarrolla correctamente. El agua también transporta y distribuye vitaminas, minerales y compuestos orgánicos esenciales. Otra de las funciones de la hidratación es actuar como lubricante de las articulaciones, es decir, que el agua reduce la fricción entre los cartílagos y otros tejidos, haciendo también que se sintetice el líquido sinovial que baña a las articulaciones.
La deshidratación es la falta de hidratación, o dicho de otro modo, la alteración o falta sales minerales y agua en el plasma. Este problema produce sequedad en las mucosas y en la piel. Si se agrava, puede derivar en estreñimiento, disminución de la orina y daños en los riñones y en el aparato urinario. También produce fatiga general, pérdida brusca de peso y somnolencia.
Deshidratación no percibida
Hay que prestar especial atención en la hidratación de las personas mayores. Con los años, disminuye la sensación de sed y también del apetito. La dificultad motora y el cansancio también inciden en la facilidad de acceso a los líquidos, esto, sumado al consumo de algunos fármacos como los diuréticos, aumenta el riesgo de deshidratación.
Combatir la deshidratación
El primer consejo para evitar la deshidratación es no esperar a tener sed para beber líquidos, en concreto, agua. Los líquidos no sólo hay que reservarlos para las comidas, sino que hay que ir bebiendo a lo largo del día, dividiendo la ingesta en unas 8 raciones, tomando por ración de 200 a 250 ml, el tamaño más usual de vaso. Es conveniente mantener las bebidas a una temperatura moderada, ya que un exceso de frío o los líquidos calientes hacen que cueste más beber.
La hidratación no sólo proviene del agua y las bebidas, el consumo de frutas, verduras y ensaladas también contribuye a hidratar el cuerpo. Además, debemos tener presente que la cantidad de líquidos correcta es la que se adecua a los requisitos de salud, el estilo de vida y el nivel de actividad física, así como al clima, la temperatura exterior y la estación del año. Una buena orientación sobre el volumen de líquidos a ingerir es tomar como referencia los recomendados 1,5 - 2 litros de agua, un intervalo en el que coinciden la mayoría de guías cuando hacen referencia a una persona con condiciones normales de salud.
Hidratación e incontinencia urinaria
En los casos de incontinencia urinaria se aconseja beber agua sobre todo por la mañana, e ir disminuyendo su consumo durante el transcurso del día. Evitar consumir líquidos entre 2 y 3 horas antes de acostarse por la noche reduce la posibilidad de fugas de orina nocturnas.
Estar hidratado es fundamental en todas las etapas de la vida, la correcta hidratación ayuda a prevenir posibles complicaciones físicas y psíquicas, pero si además se padece incontinencia urinaria, ingerir las dosis apropiadas de líquidos es una necesidad primordial.