Cuando fallan los tratamientos conservadores en la incontinencia de esfuerzo, el siguiente paso son las cirugías.
La cirugía de incontinencia urinaria se realizan con la colocación de mallas que soportan las estructuras del abdomen (vejiga y uretra).
La incontinencia urinaria se produce por una debilidad en la musculatura del suelo pélvico, de manera que la vejiga y la uretra descienden de su posición anatómica. La función esfinteriana de los músculos que deben ayudar a apretar la uretra no es suficiente para retener la orina ante grandes aumentos de la presión abdominal, produciéndose la pérdida de orina. Con la colocación de la malla se corrige la posición descendida de estas estructuras.
Desde el mismo momento en que se coloca la malla la incontinencia cesa, aunque durante un mes aproximadamente hay que evitar grandes esfuerzos, es el tiempo que los tejidos tardan en consolidarse. Con las mallas estamos introduciendo un tejido que no es propio del organismo y en casos aislados puede aparecer rechazo.
Por eso, algunos de los mejores cirujanos de la ginecología han creado una nueva técnica capaz de resolver el problema sin tener que recurrir a las mallas.
El cabestrillo sin malla
El cabestrillo sin malla o el cabestrillo uretral transobturador autólogo es un procedimiento considerado como una cirugía ambulatoria, ya que realmente es mínimamente invasivo.
Para crear el cabestrillo, el cirujano utiliza un trozo muy pequeño del propio tejido fibroso (también conocido como fascia) de la región abdominal, más concretamente de los músculos abdominales.
La técnica quirúrgica
Lo primero que hace el cirujano es un pequeño corte en el interior de la vagina, creando una abertura para dejar pasar la aguja que utilizará. Después, el cabestrillo es colocado por debajo de la uretra y cierra la incisión vaginal.
El cabestrillo será el tratamiento encargado de sostener la uretra y mantenerla cerrada, sobre todo en las situaciones que aumenten la presión por cualquier esfuerzo: toser, estornudar, hacer ejercicio, etc.
Aunque esta técnica quirúrgica es muy segura y apenas presenta complicaciones, no está exenta por completo de riesgo. Es bastante frecuente que las mujeres que se operen presenten dolor en los días previos, algo fácilmente abordable mediante la analgesia.
Otra posible complicación consistiría en una infección, ya sea de la herida quirúrgica o del material utilizado.
Aun así, todos los ginecólogos expertos en el tema están de acuerdo en afirmar que los riesgos son mínimos si los comparamos con los beneficios.
Por ello, esta nueva técnica para el tratamiento de la incontinencia es ampliamente recomendada entre los profesionales. Precisa siempre de valoración previa del especialista para elegir el mejor tratamiento.