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¿Qué es la incontinencia urinaria?

 

La incontinencia urinaria (IU) es cualquier pérdida involuntaria de orina de forma permanente o transitoria.

No es un desarreglo inevitable o situación propia de la edad por lo que, ante su aparición, debemos acudir al profesional sanitario.

Aunque durante el envejecimiento se van presentando una serie de cambios fisiológicos que sí favorecen la incontinencia, puede ser un síntoma que enmascare alguna patología oculta y que conviene diagnosticar.

Para comprender mejor la incontinencia urinaria, debemos saber y conocer cómo funciona el sistema urinario. La incontinencia es una alteración en la fase de llenado/vaciado vesical y la capacidad de retener y controlar la salida de orina que depende de una anatomía y funcionamiento normal del tracto urinario y del sistema nervioso. Además, la persona tiene que poseer la capacidad física y psicológica de reconocer y responder apropiadamente a la urgencia de orinar.

El proceso de micción comprende dos fases:

La fase de llenado y almacenamiento

Durante la fase de llenado y almacenamiento la vejiga comienza a llenarse con la orina que proviene de los riñones y se estira para acomodarse a la creciente cantidad de orina, pudiendo almacenar entre 300 y 600 ml. El deseo de vaciarla aparece cuando se acumulan, aproximadamente, unos 250 ml. El sistema nervioso sano responde ante esta sensación de estiramiento y alerta a la persona sobre la necesidad de orinar mientras que la vejiga se sigue llenando.

La capacidad de llenar y almacenar la orina requiere de un esfínter funcional (los músculos circulares que rodean la apertura de la vejiga) y de una pared muscular (detrusor).

La fase de vaciado

La fase de vaciado exige la capacidad del músculo detrusor en contraerse adecuadamente para forzar la salida de la orina de la vejiga y, al mismo tiempo, el cuerpo tiene que ser capaz de relajar el esfínter externo para permitir la salida de orina al exterior.

Tipos de incontinencia

La incontinencia urinaria puede ser:

Temporal

La causa es reversible y aparece durante un tiempo limitado. Suele ser secundaria a infecciones de las vías urinarias, disfunciones mentales, efectos adversos de medicinas, impactación fecal o por tener movilidad limitada.

Establecida o crónica

Persiste en el tiempo debido a que las causas son permanentes: lesión medular, anomalías anatómicas del tracto urinario, anomalías neurológicas – como esclerosis múltiple o accidente cerebrovascular-, alteración de los esfínteres, enfermedad de Alzheimer y otras demencias, etc.

En función del trastorno funcional que provoca la incontinencia, ésta puede dividirse en distintos tipos:

Incontinencia Urinaria de Urgencia

La pérdida involuntaria de la orina se origina al producirse una contracción involuntaria de la musculatura de la vejiga, lo que produce el escape de la orina en momentos y lugares no apropiados. La pérdida puede ser de solo algunas gotas o llevar al vaciado completo de la vejiga.

Es la forma más común de IU en pacientes mayores de 75 años, sobre todo en el sexo masculino.

Incontinencia Urinaria de Esfuerzo o Estrés

En este caso, la pérdida involuntaria de la orina se produce al realizar algún esfuerzo que aumente la presión intraabdominal, el cual puede ser importante, como levantar pesos o bien, tan leve como la risa, resultando en esta situación una incapacidad para mantener cerrado el esfínter de la uretra, por lo que se produce la salida involuntaria de la orina al exterior.
Este tipo de incontinencia no está asociada a la necesidad de orinar.
Es común en mujeres mayores y supone probablemente la forma más común de IU en las mujeres menores de 75 años.
En el anciano varón este tipo de IU es rara, y generalmente se asocia a la cirugía pélvica como la cirugía prostática, tanto resección transuretral como abdominal.

Incontinencia Urinaria Mixta

Tiene componentes de las dos anteriores, de urgencia y de esfuerzo.

Incontinencia de Rebosamiento

Se producen pequeñas pérdidas tanto por el día como por la noche. La vejiga, por la debilidad del músculo, o por obstrucción, no se vacía totalmente, esto provoca que se llene al máximo y cuando hay un aumento de presión en el abdomen se escapen pequeñas cantidades.
Aunque supone menos del 10% de los casos de IU en la población geriátrica, es importante reconocerla ya que la retención urinaria crónica puede dar lugar a infecciones recurrentes y lesión del tracto urinario superior.

Incontinencia Funcional

El estado del sistema urinario es normal, pero no puede utilizarse correctamente, debido a trastornos físicos graves, como enfermedad de Parkinson, enfermedades mentales como el Alzheimer y otras formas de demencia, depresión y enfermedades músculo-esqueléticas que dificultan el desplazamiento.

Incontinencia Neurógena

Alteraciones de la micción como consecuencia de lesiones neurológicas. Puede manifestarse clínicamente de alguna de las formas anteriores.

Eneuresis

Escape involuntario que se presenta especialmente durante el sueño. Es más frecuente en los niños.
Valorando el número de eventos de incontinencia, se clasifica la severidad de la incontinencia urinaria:

  • Leve (aquellos con menos de 10 episodios a la semana)
  • Moderada (entre 10-20 episodios a la semana)
  • Grave (> de 20 episodios a la semana)
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