La microbiota cutánea es un conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, virus, parásitos…) que habitan y conviven en simbiosis de manera natural en el cuerpo humano desde el nacimiento. Estos microorganismos se encuentran cubriendo la piel y las mucosas en todo su conjunto. Forman una barrera natural y son esenciales para el desarrollo de la tolerancia inmunitaria hacia el medio externo.
La composición de la microbiota es única y exclusiva para cada individuo y puede variar por múltiples factores como; el mecanismo de parto, etapa de la vida, región del cuerpo, sexo, etnia…
Se pueden identificar dos categorías en la microbiota cutánea: la residente y la transitoria.
Microbiota residente:
Aquellos microorganismos que conviven en total simbiosis con el huésped sin provocar enfermedades. Son nuestra primera línea de defensa frente a microorganismos patógenos.
Microbiota transitoria:
A diferencia de la residente, esta no se establece de manera permanente en la superficie de la piel y puede presentar variaciones constantes relacionadas con la actividad, entorno, etc…
Se compone principalmente de microorganismos inofensivos llamados saprófitos. También puede estar constituida por bacterias patógenas oportunistas que pueden provocar infecciones y/o enfermedades si hay una bajada de defensas del huésped.
¿Cuándo se altera la microbiota cutánea?
Hay muchas situaciones en las que puede haber una alteración de la microbiota cutánea. Algunos ejemplos serían; uso de antibióticos, antitranspirantes, cremas, limpiadores, desodorantes y especialmente en el uso excesivo de jabones antibacterianos, exceso de humedad, variaciones en el pH y temperatura… Todos ellos pueden provocar esta alteración conocida como disbiosis.
Los factores medioambientales y el avance de la edad también tienen repercusiones importantes sobre la composición de la microbiota cutánea.
Esta alteración provoca una afectación en la homeostasis cutánea reduciendo la capacidad de respuesta inmunitaria y aumentando el riesgo de padecer problemas y/o enfermedades cutáneas.
Consejos para cuidar nuestra microbiota cutánea y prevenir problemas dermatológicos:
- Utilizar productos de cuidado adaptados al pH cutáneo.
- Uso de productos antisépticos solamente cuando son necesarios.
- Técnicas de limpieza cutánea suave y evitar el exceso para no dañar la piel.
- Evitar el exceso de humedad.
- Hidratar la piel con productos adecuados.
- Uso de prebióticos y probióticos cutáneos para regenerar y fortalecer la microbiota cutánea.
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Con la presencia de Biolín nuestra microbiota cutánea se recupera más rápidamente y los microorganismos patógenos se reducen.
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