En épocas de calor, tendemos a utilizar ropa más ligera, como pantalones cortos, faldas o
vestidos. Cuando vestimos este tipo de prendas puede ocurrir que nuestros muslos se rocen
constantemente al caminar. Pero no es la única razón, el calor y el sudor son factores que
pueden influir negativamente en nuestra piel.
Para evitar las tan molestas irritaciones, recomendamos quitarnos la sal con agua dulce,
utilizar ropa de algodón que beneficie la transpirabilidad y aplicar crema con alto porcentaje
de óxido de zinc. Éste es un componente astringente, regenerador e hidratante y ayuda a
regenerar la barrera cutánea y a mejorar irritaciones, escoceduras y rojeces.

El pH es un parámetro para medir la acidez o alcalinidad. El pH medio de nuestra piel es de 5.5
y es considerado ligeramente Ácido. Éste hecho hace que la piel actúe como barrera contra las
agresiones externas.
El pH que debe tener un gel es de 5.5 para mantener la barrera natural de la piel y conservar
su barrera natural.
Es importante tener en cuenta que además de productos de higiene no adecuados, los
cambios de temperatura y humedad, algunos medicamentos, los cambios hormonales y la
edad son factores que pueden alterar nuestro pH.

Nuestra piel está habitada de forma natural por microorganismos que ayudan a reforzar la
barrera cutánea. Esta línea de defensa, llamada flora cutánea (o microbiota) protege la piel de
afecciones externas.
El Biolín es un poderoso prebiótico que estimula el crecimiento de dicha flora beneficiosa de la
piel restaurando su equilibrio. Gracias a este poder regulador, ayuda a prevenir el picor, las
rojeces, el desorden cutáneo de las pieles maduras, a restaurar su barrera y a mantener su
apariencia sana.

Disminuye la respuesta inmunitaria de la piel produciendo inflamación e infección a corto
plazo, y, a la larga, envejecimiento. Por eso es tan importante estimular el crecimiento de la
flora cutánea para así prevenir los síntomas de deshidratación y sensibilidad.