El miconazol es un medicamento antifúngico de amplio espectro, ya que actúa contra una amplia gama de microorganismos. Su principal acción consiste en la inhibición del crecimiento y reproducción de hongos, especialmente aquellos responsables de infecciones cutáneas.
Podemos encontrar este fármaco en distintas presentaciones; pudiendo administrarse tanto por vía oral como por aplicación directa en la pared mucosa. Es habitual encontrarlo en cremas vaginales, óvulos, soluciones o lociones con diversa cantidad de principio activo. Es importante recalcar que tanto la dosis como la vía de administración dependerán del paciente y del tipo de infección.
El empleo del miconazol tópico está especialmente indicado en la dermatomicosis, candidiasis cutáneas superficiales, micosis sobre infectadas con bacterias grampositivas y pitiriasis versicolor. Se recomienda aplicarlo dos veces al día y siempre bajo prescripción médica en embarazo y lactancia.
Las infecciones producidas por hongos en la piel, cabello y uñas se conocen como dermatomicosis. La mayoría de los hongos que provocan dermatomicosis conviven con el ser humano sin causar ninguna enfermedad; pero determinadas condiciones, como el desequilibrio de la microbiota cutánea, hacen que algunos microorganismos considerados como buenos, pueden volverse dañinos o favorecer el crecimiento de aquellos considerados perjudiciales. Esto, unido a una alteración de la barrera cutánea, proporciona las condiciones idóneas para que dichos microorganismos oportunistas proliferen y dañen la piel.
Existen una serie de factores que predisponen a padecer estas micosis como; estar sometido a tratamientos con inmunosupresores o fármacos quimioterápicos, ser diabético… Además, existen factores como la oclusión y la humedad, que resultan predisponentes locales para la proliferación de la cándida, ya que tiende a aparecer en lugares calientes y húmedos. Por ello, es habitual encontrarla en pies o región inguinal, pliegues cutáneos o en el área del pañal.
La crema reparadora de ABS® constituye un aliado eficaz para el tratamiento del estadio inicial de la dermatomicosis gracias a su composición con miconazol al 0.25%. Esto, combinado al resto de sus ingredientes, aportan propiedades reparadoras de la función barrera, calmando la piel, mejorando su hidratación y elasticidad, así como manteniendo el equilibrio de la dermobiota gracias a la incorporación del Biolin, prebiótico bioselectivo, en su fórmula.
Además, incorpora óxido de zinc con el objetivo de lograr una película entre la piel y las sustancias irritantes para protegerla de estas. Por todo ello, resulta idónea para el tratamiento y prevención de la candidiasis asociada al uso de absorbentes ya que, el óxido de zinc junto al resto de ingredientes logra que, con solo una fina capa de crema podamos proteger la piel y, en caso de exceso, retirar el producto con facilidad. Gracias a su testado dermatológico e hipoalergénico, está indicada para todas las tipologías cutáneas, incluyendo las pieles sensibles y especialmente las pieles maduras. Ya que son pieles cuya barrera cutánea suele estar comprometida o alterada.
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